PARA TRASCENDERSE UNO MISMO
Tengo un cuerpo, pero no soy mi cuerpo.
Tengo deseos, pero no soy mis deseos.
Tengo emociones, pero no soy mis emociones.
Tengo pensamientos, pero no soy mis pensamientos.
Soy lo que queda, un puro centro de percepción consciente,
Un testigo inmóvil de todos estos pensamientos, emociones, sentimientos y deseos.
(Hay que decirlo varias veces)
Uno mismo es quien está produciendo sus propios síntomas.
"Eso" interior que siente dolor, no conoce en sí mismo, el dolor; eso que siente miedo no sabe lo que es el miedo, eso que precibe la tensión está libre de tensiones. Ser testigo de estos estados es trascenderlos. Ya no te pueden atacar porque los miras de frente. Nos identificamos con lo que nos aflige y ahí radica la verdadera dificultad.
RESUMIENDO: "Tengo mente, cuerpo y emociones, pero NO soy mente, cuerpo y emociones"
Besos... Leonor
Tal vez este artículo te resulte interesante,
ResponderEliminarrevistas.ucm.es/fsl/02112337/articulos/ASHF9797110225A.PDF
Yo acomodaría este texto:
Tengo deseos, pero no soy sólo mis deseos.
Tengo emociones, pero no soy únicamente mis emociones.
Tengo pensamientos, pero no soy apenas mis pensamientos.
Soy la suma de todo ello y mucho más… un ser abierto al infinito.
Estaba esperando que dijeras algo. Un saludo y buen fin de semana.
Cierto, mi querido Miguel Ángel, somos la suma de todo ello y mucho más... lo que pasa que muchas veces nos identificamos solo con una cosa y esto nos hace perder el rumbo y la conciencia de quienes somos realmente: Un espíritu libre impregnado de la chispa divina.
ResponderEliminar¿Sabes? me estoy acostumbrando a tu paso por mi blog y a tus bellos comentarios que siempre me hacen pensar más allá de lo que a veces quiero. Pero eso es bueno y si algún día fallas a tu cita te echaré mucho de menos ;-)
Voy a ver ese artículo y ya te diré...
Gracias por pensar en mí. Besos,
Lo siento, pero no puedo estar de acuerdo totalmente con Laín. Sí que comparto varias de sus ideas como por ejemplo cuando dice: «yo soy mi cuerpo; mi cuerpo es mi vida; mi vida es mi historia" En cierto modo es así, nuestro cuerpo va formando nuestra historia en esta vida, pero no comparto la idea de que "somos nuestro cuerpo" ya que se olvida del alma y de que sin saberlo, actuamos y pensamos con todo el bagaje que llevamos de nuestras vidas anteriores, y de que nuestro cuerpo es solo un "vestido" que dejamos al morir físicamente, pero que seguimos viviendo en total plenitud más allá de este cuerpo... por lo tanto, es imposible que seamos solo "nuestro cuerpo".
ResponderEliminarPero me ha parecido interesante leer todo lo que él piensa al respecto.
Bueno Miguel Ángel, como ves ya he dicho algo jajaja...
Un abrazo bien grandote con cariño,
He vuelto a releer el artículo y he sacado estas consideraciones:
ResponderEliminar1. Laín no acepta el dualismo alma y cuerpo. Por ello introduce la expresión “naturaleza personificada”.
2. La «materia personificada» que es el hombre siempre tiene el reto
de la posesión, la donación y el ofrecimiento de su cuerpo, su conducta y su
persona, a sí mismo, a los otros y al Dios de sus creencias.
3. Lo que tú llamas alma es la persona de la que habla Lain Entralgo, que él no sabe o no explica cómo pervive sin el cuerpo observable y sensible.
4. Personalmente opino que los seres humanos somos creados, materiales por el principio, pero abiertos al misterio que también está en nuestro origen. Y ese misterio incluye también este físico mundo que nos configura.
Tampoco yo tengo ideas claras, como puedes observar.
Y te agradezco tus acogedoras palabras.
Un abrazo.
Cierto, Miguel Ángel, has resumido muy bien lo que quería decir Laín, y comparto tu idea de que estamos abiertos a todos estos misterios, pero para mí este alma (o la persona de la que Lain habla) pervive después de la muerte física gracias a esa chispa divina que todos poseemos, a esa energía que en realidad somos y que como tal nunca desaparece (Al menos eso es lo que creo aunque no lo sepa explicar)
ResponderEliminarUn abrazo bien grandote,